PROLOGO

Se pretende que sea éste un espacio dedicado a entretener y deleitar (... a través de la fotografía fundamentalmente) ... a dar a conocer (...o traer al recuerdo) ciertos monumentos o espacios situados en el término o cercanías de Lahiguera. ...a llamar la atención por el estado de abandono y deterioro de muchos de ellos, ...y si llegara el caso, a remover la conciencia de todos los que somos "herederos" de tales monumentos y espacios, y que con nuestra aportación ayudásemos a la conservación de los mismos.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Nuestra Gente: Manuel Hombrado.

Manuel Hombrado:

Manuel Hombrado, alias Tirnajo, fue el sepulturero de nuestro pueblo hace unos sesenta y tantos años. Su mujer se llamaba Cándida Flores. Tenía buen tiento para las canciones y la curandería, …de marranos y otros animales. Vivía en una pequeña cueva con una choza aledaña en el camino de “Los morales”. Posteriormente en una casa en la calle de las cuevas, actual calle San Juan.

- Hombre Manuel, … que tengo un cochino malo, … a ver si me lo puedes mirar para ver lo que le pasa.
- Esta tarde me paso por tu casa.
(…por la tarde)
- ¿Qué le pasa…? …preguntó el dueño del animal durante la visita de Manuel.
- “Tiene macaraca complicá con el abujaneo”, …era una respuesta bastante habitual de Manuel.

Y éste, …para salir del paso…, preguntaba si tenían orujo en casa (a sabiendas que por la fecha del año, el mes de octubre --fecha en que ocurrieron los hechos--, sería muy difícil que familia alguna tuviera lo que pedía: ya había pasado año para que le hubiese dado tiempo a gastarlo). Al encontrarse la respuesta negativa, como él esperaba, Manuel añadía: “Pues entonces va a tener poca salvación el cochino, …si se salva va a ser por la mano de Dios”.

Este personaje, así como su mujer, eran mencionados en una de las canciones de Tomequiere (a quien habrá que dedicar un amplio espacio en este Blog):  “En este pueblo de Higuera, hay dos chicos que sienten amores…y les voy a decir quiénes son…Tirnajo y Cándida Flores”. Mencionar que éstos habían cumplido ya los 60 y pocos años en aquellos entonces, de ahí que fuera sonado su enamoramiento y Tomequiere les dedicara esta canción.

Este señor en cuestión, tenía el huerto dentro del cementerio (por gozar del privilegio de ser el sepulturero). Casi todas las noches era víctima de continuos atracos a lo cultivado (dadas las necesidades de aquellos años). Se cuenta, que una noche, …vestido con una sábana blanca sobre su cabeza, con dos dientes de ajo puestos en su boca, y una vela bajo el atuendo, ….intentó asustar a los “atracadores”. Les decía: “¡Sooooy un aaaaalma del ooootro muuuundo!” . A lo que contestaron estos nocturnos “recolectores”:  “Ya nos extrañaba que fueras de este mundo, … porque si no, estarías aquí robando como nosotros”.




Juan José Mercado G.
Lahiguera a 15/12/2012.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena idea, Juanjo, la de recordar a personajes higuereños, que por unas causas u otras, llegaron a ser populares entre la vecindad. "Tirnajo", fue uno de ellos, como también, Juan Segundo, al que recuerdo más vagamente.

Recuerdo con claridad a "Tirnajo", que como sepulturero que era, mi infantil percepción de las cosas, me hizo verlo siempre como a un hombre mas del otro mundo que de éste. Su figura enjuta y algo encorvada; sus ojos enrojecidos y su voz pausada, le daban cierto aire de siniestralidad. Quizás lo que más influía en mi percepción, aparte de su apariencia física, era la habilidad y la naturalidad con que se desenvolvía en el cementerio. Mi fantasiosa imaginación me hizo pensar en más de una ocasión, que "Tirnajo", era un muerto viviente. Yo sólo lo recuerdo cuando vivía, y que murió después, en la casa de la calle de las cuevas (primera casa a la izquierda bajando para los grifos). Asistí a su entierro algo asombrado, porque pensaba que siendo sepulturero no se moriría nunca. Fue la primera persona en Lahiguera, que se benefició de los servicios funerarios gratuitos (coche, nicho y corona incluidos) al haber contratado unos meses antes un seguro que los cubría totalmente. La compañía, recuerdo que era "El Ocaso". Recuerdo también de aquel entierro, que como al ayuntamiento no le había dado tiempo en contratar a otro sepulturero, a la hora de tapar el nicho (de los primeros que se utilizaron en el cementerio nuevo, situados entrando a mano derecha) no había nadie encargado de poner la tapadera al nicho. Entonces, escuché por primera vez de boca de un paisano, de cuyo nombre no me acuerdo, el refrán que dice: "un hombre prevenido vale por cien". Sacó aquel buen hombre un palustre de una bolsa que llevaba y con el yeso y el cubo de agua que alguien fue a buscar,acabó la sepultura del sepulturero Manuel "Tirnajo".

Decir por último, que a pesar de haber pasado casi 60 años, pocas caras de personas de Lahiguera, recuerdo con tanta claridad como la de aquel hombre; ni tampoco, un entierro tan especial, en el cual, se enterraba al enterrador.

Saludos

Andrés

Lahiguera dijo...

Buenas noches Andrés. Me es muy grato recibir tu comentario a este brevísimo artículo. Me sorprende enormemente con qué memoria fotográfica recuerdas toda esta serie de detalles que nos escribes de este personaje (Tirnajo). Es admirable que recuerdes exactamente hasta la casa en que vivió (mi padre, quien me cuenta estas cosas de estos personajes, no lo recordaba con tanta certeza). La descripción del semblante de este hombre no puede ser más realista: parece que hubiese sido tallado para desempeñar su oficio. Andrés, no "nos abandones" en estos quehaceres, puesto que tus aportaciones son enriquecedoras. Una vez más, te invito a que aportases a modo de artículo lo que estuviera de tu parte (que seguro será mucho). Te digo esto porque muchas veces, los comentarios pasan desapercibidos, y en ocasiones no son menos importantes que el texto al que hacen referencia.
También curiosa anécdota la del sepulturero espontáneo de este sepulturero de toda la vida, y la mención de ese refrán: "un hombre prevenido vale por cien".
La idea de recordar a estos personajes higuereños ya estaba presente desde el principio; podríamos decir que se ha retomado después de un largo letargo. Ha sido Manuel Jiménez quien la ha vuelto a sacar a la luz, pero ahí estaba: ...¿recuerdas aquella historia de La casa de Miguel el zapatero?. Quizás fuese la primera aportación en cuanto a este tipo de personajes que tanto han dado a la historia de nuestro pueblo. A veces las cosas más sencillas son las más grandes, o al menos las que más nos hacen disfrutar.
Gracias de nuevo y saludos.
Juanjo.

ITA dijo...

Como disfruto de vuestras historias!, Como me gusta todo lo que estáis haciendo!!.

Felicitaros a todos los que participáis en este blog por todas las aportaciones que estáis haciendo, tanto de historia de nuestro pueblo como de personas que gracias a vosotros hacéis que volvamos a recordar a personas que vivieron en nuestro pueblo hace muchos años y que muchos de nosotros ni hemos conocido.
Solo puedo recordar las historias que me contaban mis abuelos y mayores, pero son personajes tan curiosos y anecdóticos que no deberían pasar desapercibidos y que gracias a vosotros, estáis haciendo que los recordemos y los conozcamos.
Un hecho más de la historia de nuestras raíces y de nuestro pueblo.

Manuel Jiménez Barragán dijo...

Recordando el camino antiguo, antes de hacer la carretera, justo unos metros después del cruce de los caminos de los Morales y el Chorrillo, en el de los Morales, estaba la cueva. En varias ocasiones me lo comentaron personas mayores, con pena, resaltando la miseria del ser humano. Decimos Tiznajo, pero seguro que el que le puso el mote quería decir "tiznajo", no puede ser más degradante.
Adentrándonos en el terreno de la Historia, no sé si la cueva la excavó nuestro Tirnajo, o ya estaba y fue un "ocupa". Es un terreno arenoso favorable para cuevas, nuestros antepasados eran en épocas trogloditas. En quella zona se encuentran bastantes restos del Neolítico. Creo que había más cuevas, sobre todo por el camino del Chorrillo, y que se fueron destruyendo por la extracción de arena para las obras, extracción que se ha realizado hasta tiempos muy recientes.